LOS SIETE
HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA
El autor Stephen R. Covey inicia su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, planteando que los paradigmas son la fuente de nuestras actitudes, conductas y relaciones con los demás, son los modelos o concepciones que nos hemos formado en la experiencia. Poseemos dos tipos básicos de modelos: Las Realidades (de cómo son las cosas) Los Valores (de cómo deben ser las cosas). El hecho de tener apertura para cambiar de paradigmas es la premisa con la cual el autor compromete al lector para proceder al análisis de los hábitos. Al presentarse un cambio en la percepción de los paradigmas directamente influyen y se realiza un cambio en la actitud y la conducta de la persona.
Según Covey el desarrollo personal transcurre
en tres etapas:
1.
Dependencia: Aquí es donde empezamos,
dependientes de otras personas. Y sin el desarrollo personal, nos quedaríamos
atascados en esta etapa.
2.
Independencia: Por medio de desarrollo
personal, llegamos a ser más independientes y tomamos la responsabilidad de
nuestras acciones. Aun así, sin embargo, no somos plenamente eficaces. Surge la
victoria privada.
3.
Interdependencia: En esta etapa, se
desarrolla el entendimiento de que, a pesar de que somos autosuficientes,
todavía necesitamos a otras personas para llevar a cabo nuestros objetivos. En
la etapa de interdependencia aferramos la idea de trabajar juntos para obtener
mejores resultados. Surge la victoria pública.
Los siete
hábitos
Según el autor los hábitos se definen como
una intersección de conocimiento, capacidad y deseo, donde el conocimiento es
el paradigma teórico, ¿El qué hacer? ¿Y el por qué? La capacidad es ¿El cómo
hacer? Y el deseo es la motivación, ¿El querer hacer? Si una persona es capaz
de llevar estos hábitos en su vida cotidiana puede lograr importantes mejoras,
tanto en su vida personal como en cualquier organización.
Independencia
Los primeros tres hábitos van de la
dependencia a la independencia.
PRIMER
HÁBITO – SEA PROACTIVO
Ser proactivo significa tomar la
responsabilidad por su propia vida y ejercitar la habilidad de seleccionar su
respuesta ante cualquier estímulo. Esto implica comportarse según su decisión
consciente, basado en sus valores, no en las condiciones en las que se
encuentra. Este hábito de efectividad representa la posibilidad de asumir
nuevos desafíos en un ambiente de libertad individual y responsabilidad social
de la persona humana, este es el hábito de la conciencia y conducta de
responsabilidad, el que resulta determinante en cada persona para comprender
sus realizaciones y frustraciones, sus retos y sus respuestas, sus ambiciones y
sus logros.
Es muy importante entender que entre los
estímulos, procedentes del ambiente externo e interno, y las respuestas,
manifestadas en conductas observables o no, existe la libertad interior de
decidir, esta es evidentemente una postura no determinista, tal como el propio
Viktor E. Frankl la señalara al considerarla la última de las libertades
humanas, al hombre se le puede despojar de todo, salvo la de elegir sus valores
de actitud frente a las circunstancias de su propia vida. Stephen nos señala
que la naturaleza humana es proactiva, si nuestras vidas están en función del
condicionamiento o el ambiente, es porque conscientes o no, elegimos otorgarles
a esas cosas el poder de controlarnos, convirtiéndonos en personas reactivas
Una tema planteado en el principio de la
proactividad es la forma en que nosotros afrontamos los problemas, sin embargo
el autor nos muestra las 3 posibles áreas en que ellos caen: La de control directo
(involucra nuestra propia conducta) La de control indirecto (involucra la
conducta de otras personas) La de inexistencia de control (problemas acerca de
los cuales no podemos hacer nada), ante lo cual Covey enfatiza: sea que el
problema que nos afecta implique control directo, indirecto o inexistente, está
en nuestras manos dar el primer paso hacia la solución: al elegir nuestra
respuesta a las circunstancias influimos poderosamente en nuestras
circunstancias, cuando cambiamos una parte de una formula química, cambiamos la
naturaleza de los resultados.
Este primer hábito finaliza con el test,
donde Stephen desafía al lector a que ponga a prueba el principio de la proactividad durante treinta días. Algunos
ejemplos ilustrativos sobre lo que constituye el hábito de la responsabilidad:
ü Valore
positivamente la proactividad porque su práctica cotidiana le significará
también mayor libertad personal.
ü Sienta,
piense y actúe reconociendo que su familia es su responsabilidad más
importante.
ü Acepte
nuevos retos que lo desafíen a cuestionar y romper su precaria seguridad para
desarrollarse cada vez más.
ü Supere con
decisión y valor las barreras internas y externas que le impiden actuar en
forma proactiva.
ü Anticípese
al futuro diseñando con creatividad y oportunidad acciones preventivas.
ü Actúe con
suma responsabilidad en su trabajo como un camino inteligente para progresar. Reafirme
día a día la responsabilidad sobre su propia vida.
SEGUNDO
HÁBITO: EMPIECE CON UN FIN EN MENTE
El segundo hábito de Covey tiene su base en
el principio de que todas las cosas se crean dos veces, siempre hay primero una
creación mental y luego una creación física, si comprendemos bien este
principio y aceptamos ambas creaciones ampliaremos nuestro círculo de influencia.
En los negocios ocurre igual: la primera vez, usted define lo que desea lograr,
posteriormente diseña todas las partes del negocio para lograr el objetivo. Este
hábito de efectividad refleja el liderazgo personal y satisface plenamente la
necesidad de encontrar un sentido a la propia existencia, este es el hábito de
la primera creación o creación mental, el que resulta esencial en cada persona
para comprender el cumplimiento de su misión existencial.
El principio de empezar con un fin en mente consiste
en empezar hoy con la imagen o el paradigma de vida como marco de referencia o
criterio para el examen de todas las otras cosas, también significa comenzar
con una clara comprensión de nuestro destino, saber el camino a donde se quiere
ir, de modo que se pueda comprender mejor donde estamos actualmente, dando
siempre los pasos adecuados hacia la dirección correcta: porque solo lograremos
ser altamente efectivos cuando tenemos un fin en mente.
Este hábito se basa en principios de
liderazgo personal, por lo cual el liderazgo es la primera creación y la
administración es la segunda creación; liderazgo no es administración, el liderazgo aborda el
límite superior, determina si la escalera está o no apoyada en el lugar correcto,
en cambio la administración se centra en el límite inferior y busca la
eficiencia en el ascenso por la escalera del éxito.
El mercado empresarial está cambiando con
tanta rapidez que mucho de los productos y servicios que satisfacían los gustos
y necesidades del consumidor hace unos pocos años ahora se han quedado
obsoletos. El liderazgo proactivo enérgico debe controlar constantemente el
cambio ambiental en particular los hábitos y motivos del cliente y proporcionar
la fuerza necesaria para organizar los recursos en la dirección correcta.
Podemos comenzar con un fin en mente
elaborando un enunciado de la misión, filosofía o credos personales, se centra
en lo que uno quiere ser (carácter) y hacer (aportaciones y logros) y en los
valores y principios que dan fundamento al ser y al hacer. A esto también se le
denomina constitución personal, la cual nos permite evaluar efectivamente todas
las decisiones concernientes al uso más efectivo del tiempo, del propio talento
y energía.
Cuando trabajamos en el centro de nuestro
círculo de influencia, el cual está compuesto por nuestros paradigmas más básicos, la lente a
través de la cual vemos el mundo, lo ampliamos. Este es el trabajo CP de mayor
peso, que influye significativamente en la efectividad de todos los aspectos de
nuestras vidas. Lo que haya en el centro de nuestra vida será fuente de
seguridad, guía sabiduría y poder. La seguridad es nuestra fuerza personal
básica; la guía es la fuente de dirección de la vida; la sabiduría es nuestra
perspectiva de la vida; el poder es la capacidad o facultad de actuar. Estos
factores son interdependientes y cuando están juntos, armonizados y vivificados
entre si dan origen a la fuerza de una personalidad noble, un carácter
equilibrado, un individuo hermosamente integrado.
Todos tenemos un centro, aunque por lo
general no lo reconozcamos como tal, a continuación daremos a conocer los
centros o paradigmas típicos:
Centrarse
en el cónyuge. En algunos matrimonios existe una fuerte dependencia de
ánimo depende de la conducta del cónyuge y de las cosas con las que puede
tropezar el matrimonio (un nuevo hijo, parientes, reveses económicos, éxitos
sociales)
Centrarse
en la familia. Las personas que se centran en la familia se vuelven vulnerables a un
cambio de tradición o cultura de la familia y toda conducta que consideren
impropia amenazará su seguridad.
Centrarse
en el dinero. La mayoría de las personas tienen preocupaciones
económicas y cuando algunos factores globales afectan nuestra situación
económica podemos experimentar una preocupación e inquietud que no siempre
emergen a la conciencia.
Centrarse
en el trabajo. Una persona centrada en el trabajo puede convertirse en
adicta y obsesiva y forzarse a una producción salvaje sacrificando su salud,
sus relaciones y otras áreas importantes de la vida.
Centrarse
en las posesiones. Este centro es poco satisfactorio, ya que
puede desvanecerse rápidamente y sufrir la influencia de innumerables fuerzas.
Las personas centradas en las posesiones tienden a proteger y asegurar los
bienes, propiedades, seguridades, posición o reputación
Centrarse
en el placer. Este centro está asociado con las posesiones, pues el
placer en un grado moderado relaja el cuerpo y promueve las relaciones, pero
los que se centran en el placer tienden a aburrirse de los niveles de diversión
y desean más y más.
Centrarse
en amigos o enemigos. Estas personas tienden a poner suprema
importancia a la aceptación, en el caso de centrarse en un enemigo las personas
reaccionan contra la dependencia a la conducta y las actitudes de un enemigo
percibido.
Centrarse
en la iglesia. Acudir a las iglesias no necesariamente significa que se
vivan los principios que se enseñan en esas reuniones. Se puede ser miembro
activo de una iglesia, pero inactivo en la práctica de su evangelio.
Centrarse
en uno mismo. La forma más obvia es el egoísmo, aunque viola los
valores declarados de la mayoría de nosotros, en el limitado centro de uno
mismo hay poca seguridad, guía, sabiduría o poder.
El mejor modo de identificar nuestro propio
centro consiste en examinar atentamente los factores que sustenta nuestra vida.
No solo podemos tener un centro, pues podemos tener la combinación de varios de
estos, entonces la fuerza emergente es otro centro.
Algunos ejemplos ilustrativos sobre lo que es
el hábito del liderazgo personal:
ü Decida y
actúe iluminándose con su propia visión de futuro
ü Dirija su
vida previendo su derrotero futuro
ü Contraste
sus decisiones y acciones con su misión personal y realice los ajustes que
correspondan
ü Acepte que
su vida tiene un sentido, pero reconozca también que es usted quién tiene que
descubrirlo
ü Identifique
los principios y valores que orientan su
propia vida
ü Determine
el sentido de su propia vida y comprométase con el mismo
ü Lidere su
vida trazando el rumbo que recorrerá hoy y mañana
TERCER
HÁBITO: ESTABLEZCA PRIMERO LO PRIMERO
Este hábito de efectividad interpreta la idea
de la administración personal y su aplicación inteligente posibilita que las
personas puedan encontrar la diferencia entre lo importante y lo urgente para
ser más efectivas. Este es el hábito de la segunda creación o creación física,
el que resulta básico para comprender la calidad de las decisiones y acciones
en el día a día.
El primero y segundo hábitos son
absolutamente esenciales y prerrequisitos del tercero; uno no puede pasar a
centrarse en principios sin tomar primero conciencia de su propia naturaleza
proactiva y desarrollada. Practicando una auto administración efectiva vivimos
el tercer hábito, entonces se dice administra desde la izquierda, lidera desde
la derecha.
El tercer hábito es el fruto personal, la
realización práctica del primero y el segundo; el tercer hábito es la segunda
creación, es la creación física, es la realización, la actualización, la
aparición natural del primero y segundo hábito. Es el ejercicio de la voluntad
independiente que pasa a ser centrado en principios, es la puesta en práctica
incesante, momento a momento. En el tercer hábito abordamos muchas de las
cuestiones concernientes al campo de la administración de la vida y el tiempo,
es por eso que debemos organizar y ejecutar según prioridades.
Existen
tres generaciones.
LOS CUADRANTES DEL TIEMPO
|
||
URGENTE
|
NO URGENTE
|
|
IMPORTANTE
|
1. EL MOROSO
|
2. EL QUE MARCA PRIORIDADES
|
·
Examen
mañana
|
·
Planificación,
fijar metas
|
|
·
Amigos
lastimados
|
·
La tarea
que debe entregarse en una semana
|
|
·
Llega
tarde al trabajo
|
·
Ejercicio
|
|
·
Proyectos
que deben terminarse hoy
|
·
Relaciones
|
|
·
El coche
se descompone
|
·
Descanso
|
|
NO IMPORTANTE
|
3. EL SUMISO
|
4. EL FLOJO
|
·
Llamadas
telefónicas que no son
importantes
|
·
Demasiada
televisión
|
|
·
Interrupciones
|
·
Llamadas
telefónicas interminables
|
|
·
Los
problemas de los demás
|
·
Demasiados juegos de computadora
|
|
·
Presión
de los compañeros
|
·
Larga permanencia en el centro comercial
|
|
·
Perder el tiempo
|
La primera generación se caracteriza por notas y listas de tareas,
la segunda generación se caracteriza por agendas y la tercera generación
refleja el campo actual de la administración del tiempo, planifican día tras
día, pero da prioridad a los cuadrantes 1 y 3. Está emergiendo una cuarta
generación, la cual no consiste en administrar el tiempo, sino administrarnos a
nosotros mismos, esta desea mantener el equilibrio P/CP.
El foco esencial de la cuarta generación se
puede captar con el siguiente cuadro: URGENTE
NO URGENTE. 1 Importante: crisis, problemas apremiantes, proyectos cuyas
fechas vencen. 2 Importantes:
Prevención, actividades de CP, construir relaciones, reconocer nuevas
oportunidades, planificación, recreación. 3
No importante: Interrupciones, algunas llamadas, correo, algunos informes,
algunas reuniones, cuestiones inmediatas, acuciantes, actividades populares. 4 No importante: Trivialidades, ajetreo
inútil, algunas cartas, algunas llamadas telefónicas, pérdidas de tiempo,
actividades agradables.
Urgente significa que necesita atención
inmediata. La importancia tiene que ver con los resultados, las personas que se
centran en el cuadrante uno administran su vida sobre la crisis y al no poder
resolver sus problemas huyen al cuadrante 4 y a los cuadrantes 2 y 3 les
prestan mínima atención. Las personas que se dedican al cuadrante 3 pensando
que están en el cuadrante 1, reaccionan ante las cosas urgentes, suponiendo que
son importantes. Las personas que se dedican su tiempo casi exclusivamente a
los cuadrantes 3 y 4 porque urgentes o no, no son importantes. También reducen
el cuadrante 1, pasando más tiempo en el cuadrante 2. El cuadrante 2 es el
corazón de la administración personal efectiva, pues trata de cosas que no son
urgentes pero si importantes.
El tiempo inicial para el cuadrante 2 tiene
que provenir de los cuadrantes 3 y 4; tampoco se debe ignorar las actividades
del cuadrante 1, aunque este se reducirá a medida que se dedique más tiempo a
la prevención y preparación en el cuadrante
2. Debemos aprender a decir si a las prioridades importantes del
cuadrante 2 y decir no a otras actividades, algunas aparentan ser urgentes, por
eso hay que ser proactivos para trabajar en el cuadrante 2 ya que los
cuadrantes 1 y 3 trabajan sobre 1.
La organización del cuadrante 2 implica
cuatro actividades:
1.
Identificación
de roles. Consiste
en poner por escrito nuestros roles claves; es necesario limitarnos a
considerar la semana y poner por escrito en lo que nos vemos dedicando tiempo
durante los próximos siete días.
2.
Selección
de metas.
Consiste en pensar dos o tres resultados importantes que uno cree que tiene que
lograr en cada rol durante los siete días siguientes, que serán registrados
como metas. Por lo menos algunas de estas metas deben estar relacionadas con
las actividades del cuadrante 2.
3.
Programación
personal.
Se puede considerar la semana que se tiene ante sí, con las metas en mente y
programar el tiempo para alcanzarlas; se puede trasladar una meta a un día
específico de la semana, sea como prioridad o lo que es incluso mejor, con una
asignación horaria correcta.
4.
Adaptación
diaria.
Con la organización semanal del cuadrante 2, la planificación diaria se
convierte en una función de adaptación diaria de dar prioridad a actividades y
de responder a acontecimientos, relaciones y experiencias imprevistos de un
modo significativo.
Cuanto más completamente vinculemos las metas
semanales a un marco de principios correctos y a un enunciado de la misión
personal, mayor será el aumento de efectividad. Lo que quiere este hábito es
que vivamos en función de nuestra voluntad independiente, nuestra
autodisciplina, nuestra integridad y nuestro compromiso. No se puede pensar en
términos de eficiencia cuando se trata de personas, se piensa en términos de
efectividad con la gente y de eficiencia con las cosas.
La cuarta generación reconoce el principio de
que las personas son más importantes que las cosas, el cual no está en armonía
con la tercera generación. La cuarta generación de auto administración es más
avanzada que la tercera en cinco aspectos:
1.
Se centra en principios
2.
Está dirigida por la conciencia moral
3.
Define nuestra misión singular, incluyendo
valores y metas a largo plazo
4.
Ayuda a equilibrar la vida identificando
roles
5.
Proporciona un contexto más amplio por medio
de la organización semanal (con adaptación diaria cuando se necesita)
Existen dos tipos de delegación:
ü Delegación
en recaderos. Los productores tienen un paradigma de delegación de recaderos
ü Delegación
en encargados. Se centra en los resultados y no en los métodos
Ø Resultados
deseados
Ø Directrices
Ø Recursos
Ø Rendición
de cuentas
Ø Consecuencias
Algunos ejemplos ilustrativos sobre el hábito
de la administración personal son los siguientes:
ü Defina en
forma prioritaria los objetivos y metas que deberá alcanzar en el corto,
mediano y largo plazo
ü Decida
sobre aquello que no es urgente, pero si importante en su vida y determine
actuar en consecuencia
ü Precise
sus roles y objetivos, esfuércese por cumplirlos y renuévelos
ü Establezca
un modelo de conducta que le permita ser plenamente interdependiente
ü Efectivice
sus resultados definiendo previamente la jerarquía d sus obligaciones
ü Trabaje y comprométase
diariamente sobre su victoria privada
CUARTO
HÁBITO – PIENSE EN GANAR / GANAR
Debemos concentrarnos en producir una
excelencia personal y organizacional de un modo enteramente diferente, creando
un sistema de información y recompensa que refuercen el valor de la
cooperación. Si pasamos de la independencia a la interdependencia avanzamos a
un rol de liderazgo y el hábito de liderazgo interpersonal efectivo es pensar
en ganar/ganar, este forma uno de los 6 paradigmas de la interacción humana,
los cuales son:
1.
Ganar / ganar
2.
Gano / pierdes
3.
Pierdo / pierdes
4.
Gano
5.
Pierdo / ganas
6.
Ganar / ganar o no hay trato
Ganar /
Ganar
Se procura el beneficio mutuo de las
interacciones humanas, se ve la vida en un escenario cooperativo, más no
competitivo. Se basa en la creencia de una tercera alternativa, no se trata del
éxito personal o de otro, sino en uno mejor, el de todos.
Este abarca cinco dimensiones:
1.
Carácter. Es la base de este paradigma, lo
demás se construye sobre este.
ü Integridad
ü Madurez
ü Mentalidad
de abundancia
2.
Relaciones. La confianza de uno con el otro
aumenta las cuentas bancarias emocionales
3.
Acuerdos. Los acuerdos se derivan de las
relaciones, definen y dan dirección al ganar/ganar
4.
Sistemas. La filosofía ganar/ganar solo puede
sobrevivir en una organización cuando los sistemas le brindan sustento
5.
Procesos. Se sugiere que las personas
Participen en un proceso de cuatro pasos
ü Contemplar
el problema desde otro punto de vista
ü Identificar
las cuestiones claves implicadas
ü Determinar
qué resultados construirán una solución totalmente aceptable
ü Identificar
nuevas opciones posibles para alcanzar esos resultados
Gano /
Pierdes.
Las personas que utilizan este paradigma se
valen de numerosos recursos para lograr lo que persiguen; este es el paradigma
más común en las personas ya que desde el nacimiento, la familia forma a la
persona así. Existen otros agentes programadores como el grupo de los iguales
(hermanos o amigos), el campo académico, deportivo, de leyes. Debemos
comprender que la mayor parte de la vida no es una competencia, sino una
realidad interdependiente, la cual se consigue con cooperación.
Pierdo /
Pierdes
Si dos personas gano/pierdes se reúnen, el
resultado va a ser pierdo/pierdes, ya que con la sed de venganza desean
recobrar lo que se les ha quitado; con este paradigma nos referimos a la
guerra, pues se busca que el otro pierda, aunque esto signifique que pierdan
los dos, esta clase de personas piensan que si ellos son desdichados, las demás
personas también deben serlo.
Gano
Las personas con esta mentalidad solo piensan
en conseguir lo que desean y no necesariamente en que otra persona pierda.
Cuando este no está en competencia desea ganar y también que otras personas
logren lo de ellos.
Pierdo /
Ganas
Las personas que piensan en este paradigma
desena agradar o apaciguar, buscando fuerzas en la aceptación y la popularidad.
Las personas gano/pierdes aman a las personas pierdo/ganas ya que pueden
aprovecharse de sus debilidades, con las cuales pueden complementar sus propias
fuerzas.
Ganar /
Ganar o no hay trato
Este paradigma se basa en que si no se
benefician ambas partes pueden acordar en que no hay trato; si no se puede
llegar a un verdadero acuerdo ganar/ganar o no hay trato. Esta es una opción
sumamente realista en el inicio de una relación comercial o de una empresa,
pero no en una relación empresarial ininterrumpida.
Algunos ejemplos ilustrativos sobre el hábito
del beneficio mutuo, son los siguientes:
ü Piense que
si trata al otro como a usted mismo le gustaría ser tratado, estaría sembrando
la semilla del ganar/ganar
ü Acepte el
hecho de que tanto usted como los demás pueden y deben resultar beneficiados en
una negociación
ü Negocie
actuando con integridad, madurez y mentalidad de abundancia
ü Decida
aquello que beneficie el bien común y la equidad
ü Actúe
pensando en que todos deben beneficiarse
ü Cultive
una filosofía de ganar/ganar en la vida familiar, laboral y social
ü Estimule
la inteligencia del equipo de trabajo, aportando una filosofía y conducta
sustentada en ganar/ganar
QUINTO
HÁBITO – PROCURE PRIMERO COMPRENDER Y DESPUÉS SER COMPRENDIDO
Este principio es la clave de la comunicación
interpersonal efectiva, hemos aprendido a leer, escribir, hablar, pero no a
escuchar. Lo común es que nos comprendan, pues solo escuchamos para responder y
utilizamos un paradigma autobiográfico; es por eso que debemos utilizar la
escucha empática, la cual quiere decir escuchar con la intensión de comprender
emocional e intelectualmente, no necesariamente estando de acuerdo con la otra
persona, la escucha empática es un depósito en la cuenta bancaria emocional.
Este principio es aplicado en diferentes campos, tales como: la medicina, las
ventas, el derecho.
El quinto hábito es el primer paso del
proceso ganar/ganar, este es sumamente poderoso ya que se encuentra en el
centro del círculo de influencia; es por eso que si nos centramos en el círculo
de influencia comprenderemos profunda y verdaderamente a las otras personas. Si
escuchamos nos dejamos influir y dejarse influir es la clave para influir en
los otros, debemos ser pacientes, no empujar para que la gente se abra
verbalmente antes de que uno pueda enfatizar.
Algunos ejemplos ilustrativos sobre el hábito
de la comunicación empática, son los siguientes:
ü Aprenda
mentalmente a ponerse en los zapatos del otro para empezar a comprenderlo
ü Pregúntese
si la calidad de su comunicación con las personas aporta el respeto necesario y
posibilita una convivencia armoniosa
ü Reconozca
que para comprender al otro deberá aprender a escucharlo, con la mente abierta
ü Entienda
al otro para comunicarse primero y encontrar juntos una solución efectiva
después
ü Compórtese
con la necesaria firmeza y seguridad frente a los demás para ser escuchado
ü Realice
depósitos constantes y positivos en la cuenta bancaria emocional de los demás
ü Aprenda a
establecer una comunicación empática escuchando y dejándose escuchar
SEXTO
HÁBITO – SINERGICE
El ejercicio de todos los otros hábitos nos
prepara para el hábito de la sinergia, a esta la podemos definir de diferentes
formas:
ü Es la
actividad superior de la vida, la verdadera puesta a prueba y manifestación de
todos los otros hábitos reunidos
ü Es la
esencia del liderazgo transformador
ü Es la
esencia de la paternidad transformadora
ü Significa
el todo es más que la suma de sus partes
La esencia de la sinergia consiste en valorar
las diferencias, respetarlas, compensar las debilidades, construir sobre las
fuerzas; la clave para valorar esas diferencias consiste en comprender que
todas las personas ven el mendo no como es, sino como son ellas mismas, por
eso, debemos comprender a las otras personas y valorar la percepción de ellas.
La confianza está relacionada con los
diferentes niveles de comunicación:
1.
En el nivel bajo están las personas con baja
confianza, producen gano/pierdes o pierdo/ganas
2.
En el nivel intermedio están las personas
respetuosas, con comunicación respetuosa para evitar posibles confrontaciones
3.
En el nivel más alto de confianza se
encuentran las personas sinérgicas, las cuales producen soluciones mejores que
las de cualquiera de las anteriores, existe un equilibrio P/CP
Algunos ejemplos ilustrativos sobre el hábito
de la interdependencia, son los siguientes:
ü Sinergice
actuando con proactividad, competitividad y creatividad en su equipo de trabajo
ü Seleccione
la tercera idea superior en los grupos humanos en los que participe
ü Alcance
nuevos logros y propicie la innovación en su propia familia
ü Supérese a
sí mismo para desarrollar cada una de las dimensiones de su personalidad y
lograr una mayor sinergia interna
ü Actúe
proactivamente para ayudar en la formación de un equipo de trabajo bien
integrado y productivo
ü Acepte la
diversidad como una fortaleza del equipo de trabajo que se necesita explotar
con inteligencia, creatividad y sensibilidad
ü Intégrese
a un equipo de trabajo sumando y multiplicando esfuerzos para alcanzar los
objetivos del grupo en forma sinérgica
Mejoras
continuas
El hábito final es sobre las mejoras
continuas, sobre las esferas personales e interpersonales de la influencia
SÉPTIMO
HÁBITO – AFILE LA SIERRA
Consiste en tomar tiempo para afilar la
sierra, engloba a todos los otros hábitos del modelo; porque es el que los hace
posibles. De este séptimo hábito tenemos algunas definiciones:
ü Es CP
personal
ü Significa
preservar y realzar el mayor bien que usted posee: usted mismo
ü Significa
renovar las cuatro dimensiones de su naturaleza: la física, la espiritual, la
mental y la social / emocional
ü Significa
dar expresión a las cuatro motivaciones
Para ser efectivos debemos dedicar tiempo a
afilar la sierra en cuatro dimensiones:
1.
Dimensión física. Consiste en cuidar de
nuestro cuerpo físico
2.
Dimensión espiritual. Proporciona liderazgo a
nuestra propia vida, se relaciona con el segundo hábito
3.
Dimensión mental. Proviene de la educación
formal, la desarrollamos al leer, escribir, planificar y organizar
4.
Dimensión socio – emocional. Enfocada a los
hábitos 4, 5 y 6 centrados en principios de liderazgo interpersonal, la
comunicación empática y la cooperación creativa.
Todos estos principios vienen de Dios, los
cuales nos permiten elevarnos por encima del plano animal, es por eso que
debemos seguir luchando con nuestras flaquezas, las cuales nos van a capacitar
para amar, servir y tratar de hacer felices a los demás.
Algunos ejemplos ilustrativos sobre el hábito
de la mejora continua, son los siguientes:
ü Descanse
plácidamente las horas que necesita para reponer sus energías físicas y
mentales
ü Lea,
estudie y reflexione, todavía sigue siendo una de las maneras más inteligentes
de informarse, educarse y cultivarse
ü Mejore
todo lo que realiza, siempre existirá la posibilidad de mejorar
ü Aliméntese
en forma nutritiva y sana para estar siempre en buena forma
ü Desarrolle
su carácter expresando en su conducta principios y valores positivos
ü Ofrézcase
a sí mismo la posibilidad de renovarse en todas las dimensiones de su
personalidad
ü Cultive
una vocación de servicio, brindándoles amor en cada servicio a las demás
personas
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